Preguntas frecuentes
Entendemos por abastecimiento de agua en alta a la captación del agua bruta, su potabilización y su distribución desde las plantas potabilizadoras hasta los puntos de entrega municipales.
Una Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) es la infraestructura hidráulica donde se somete al agua a los procesos de potabilización para hacerla acta para el consumo humano. El agua que suministra la EMSHI se potabiliza en la ETAP El Realón, situada en Picassent; y en la ETAP La Presa, ubicada en Manises.
Para la adecuada gestión del sistema se cuenta con depósitos de almacenamiento y regulación y almacenamiento con un volumen superior a los de 320.000 m3.
Las plantas potabilizadoras El Realón y La Presa, situadas en Picassent y Manises respectivamente, cuentan con una capacidad de producción de 6,4 m3 /s y avanzados tratamientos como la oxidación avanzada con ozono y la desinfección ultravioleta. El Realón y La Presa tratan más 100 millones de metros cúbicos de agua al año. Ambas ETAPS están en funcionamiento las 24 horas del día todos los días del año para garantizar la disponibilidad y calidad del agua que se suministra a 1,6 millones de habitantes, que viven en toda el Área Metropolitana de València.
La ETAP La Presa, situada en Manises, es de mediados del siglo XIX y se trata de la potabilizadora más antigua de Europa que sigue en activo, en la misma ubicación, y que jamás ha dejado de estar operativa desde sus orígenes. En la actualidad, junto con El Realón, es una de las infraestructuras hídricas más avanzadas y modernas de España.
En cada ETAP existe una sala de control desde donde se gestiona la planta y donde está instalado el cuadro sinóptico de la estación, que puede explicarse como un resumen esquemático de todos los procesos a los que se somete el agua y que ocurren en la planta.
Desde el Centro de Mando de Vara de Quart se opera el sistema de abastecimiento gracias al telemando implementado en sus elementos de regulación. Multitud de sensores distribuidos por toda la red permiten conocer en tiempo real variables tales como caudales, presiones, niveles de depósitos o concentraciones de cloro, con las que se alimenta en tiempo real un gemelo digital del sistema. El modelo permite anticiparse al comportamiento de la red y adoptar las mejores decisiones en materia de regulación sin afección a la ciudadanía.
En esta etapa se mantiene además el estricto control de calidad al que ya es sometida el agua a su salida de las potabilizadoras mediante estaciones de control distribuidas por toda la red que reportan en tiempo real al Centro de Mando parámetros tales como cloro, pH, conductividad y turbidez.
El agua potabilizada se distribuye a través de conducciones de gran diámetro que parten de las plantas potabilizadoras hasta los puntos de distribución de los municipios que forman parte del Área Metropolitana de València. Esa extensa red de tuberías tiene una extensión de más de 210 kilómetros.
El agua se somete a un estricto proceso de potabilización y a avanzados tratamientos, como la oxidación avanzada con ozono y la desinfección ultravioleta, que certifican la eliminación de microorganismos, como virus, bacterias y protozoos. Además, se añade un proceso de cloración, que forma parte de la desinfección del agua. En el laboratorio se realizan más de 8.000 exhaustivos análisis. Todo ello garantiza que el agua que sirve la EMSHI responda a los máximos estándares de calidad.
Además de ser segura, es económica: 2.000 litros de agua del grifo cuestan 1 euro; la misma cantidad de agua embotellada, cuesta 500 euros. Y es sostenible: no necesita envasado ni transporte por carretera, mar o aire.
La EMSHI realiza una labor esencial para la ciudadanía, como es el suministro de agua potable. Y, además, trabaja con un recurso vital y escaso: el agua. Estos factores obligan a todo proyecto que emprendemos sea sostenible y cuyos beneficios sean duraderos en el tiempo. Estamos creando una red cada vez más robusta y resiliente y nuestro objetivo es ser neutros en huella de carbono, Mientras trazamos las vías para lograr dicha meta, estamos reduciendo considerablemente esa huella. ¿Cómo? Instalando paneles fotovoltaicos en las cubiertas de tres depósitos de agua (permitirán dejar de emitir a la atmósfera 153 toneladas de dióxido de carbono, capaces de generar al año 293.104 kWh de energía limpia.), evitando bombeos innecesarios e incrementando la eficiencia de los existentes para reducir la energía necesaria para bombear el agua, fomentando el consumo del agua del grifo y aplicando la economía circular.
La EMSHI suministra agua potable en alta a València y su área metropolitana, lo que supone abastecer a más de 1,6 millones de habitantes. En la actualidad, un total de 48 municipios son miembros de esta entidad. La demanda que cubre la EMSHI es de 275 millones de agua potable al día aproximadamente, lo que equivale a 82 piscinas olímpicas.
El agua es piedra angular del medio ambiente. El mayor reto es garantizar la seguridad hídrica en un contexto de escasez de este recurso tan valioso y de emergencia climática. En la EMSHI somos referentes en rendimiento hidráulico, que se sitúa en el 97%.
Se trata de una herramienta capaz de simular escenarios futuros, por lo que es muy útil en la ayuda de toma de decisiones para que la ciudadanía no tenga afección ante cambios de regulación de agua. Hay uno instalado en el Centro de Control de Vara de Quart, desde donde se gobierna el sistema metropolitano de abastecimiento de agua.
Todos los recursos hídricos captados son aguas superficiales, con lo que se favorece así la protección de los acuíferos. En concreto, y en virtud de las concesiones otorgadas por la Confederación Hidrográfica del Júcar, la EMSHI capta el agua bruta directamente del río Turia y del canal Júcar-Turia.